
Leer determinados fragmentos de Así hablaba Zaratustra y pensar en su posible distorsión hitleriana. Pero ¿no se presta a una interpretación delirante casi cualquiera de los textos poéticos posteriores al Romanticismo? Cabe imaginarse al departamento de asesores ideológicos de algún demagogo moderno redactando discursos que invoquen a Sade, Swift, Artaud, Bataille, los surrealistas en pleno... para histeria y deleite colectivo de las masas. Repugna imaginarse a lo que deberían haberse acostumbrado -la profundidad de su renuncia, de su regresión.
Primo Levi absuelve a Nietzsche de la acusación de haber suministrado armas ideológicas al arsenal del nazismo, a pesar de reconocer que le fastidia lo que él llama su tono oracular. Sin embargo, es este tono más que cualquiera de las cosas que hubiera dicho, lo que le convierte en fácil carnaza para los pequeño burgueses contra los que, supuestamente, se dirige cada una de sus palabras. Nietzsche es inocente de lo que dice, pero no de decirlo con un estilo que se presta a ser fetichizado por los horteras.
Imaginar a Pinochet o Bush leyendo a Céline (o Celan) en la intimidad, como fuente de inspiración, parece o bien absurdo o bien repugnante, y terrorífico.
El hecho de que Aznar no haya podido manchar la imagen de Azaña y Cernuda, autores de su supuesta predilección, invita a especular sobre lo que habría tenido que llegar a suceder para que su nombre quedara ligado al suyo.
1 comentario:
Tienes razón, creo: Nietszche es pasto para el imaginario pequeño burgués que entra en crisis y, luego, se ve interesado, y justificado, por el nacionalismo = fascismo...
Eso sí, no me imagino a Pinochet-Bush leyendo ni siquiera a Celine: ellos sólo leen la lista de la compra, la de los muertos, la de los días que aún les queda en el poder.
Al fin, un blog interesante. Gracias.
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