Sólo el papel lo aguanta todo
Breve proyecto para la creación de un museo de “sistemas de reproducción para las masas”. A saber: aprovechar una fábrica de harinas de las afueras, abandonada pero en buen estado, para acumular una selección de los trastos que se ven en mercadillos, contenedores de obra y almacenes de los edificios de usos oficiales múltiples: teletipos a pedales, multicopistas de dimensiones desorbitadas, con cliché y sin cliché, de 300 rodillos en V, escáneres inverosímiles, plotters, perforadoras de tarjetas, traductoras a braille, ruedas de telegrafista como la de Volverás a Región, todo tipo de trasto que se haya inventado para multiplicar la escritura: impresos autocopiantes, papel carbón o de calco, troqueles, plantillas, tampones… Propongo mantener todo esto en buen estado de uso (subvertido) y desarrollar talleres con nuevos métodos de virtual tortura de papeles.
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